martes, 23 de febrero de 2010

Las mujeres de mi vida

Con este sugerente título, voy a hacer un recorrido por esas mujeres que desde los 14 años, me han ido acompañando con mayor o menor fortuna durante estos años...

Los que me conocéis, podréis comprender que con mujeres me refiero a motos... evidentemente, no voy a hablar de mis "ex" humanas, pues hacerlo me podría acarrear alguna que otra bronca e incluso alguna demanda judicial... ;-)

Todo empezó con una Honda CRM 75, en el año 94, creo recordar. Mi hermano, me pasaba esta gran moto, de trail, pequeña, manejable, con la que aprendí tantísimo.

El problema era que no tenía carnet A1 y no podía sacarla de mi pueblo... ¿solución? Me compré un Vespino F9 de 50, que podía usar sin carnet... qué gran error... eso ni corría, ni frenaba y yo parecía un Troll subido en un mosquito...

Lo remedié en el 97, pasando a una Derbi GPR 75 Sport de un vecino, que estaba casi nueva. Preciosa, tal vez la 75 de su época más bonita. Pero mi idilio con las motos de 2 tiempos acabaría aquí, pues la muy puñetera no hacía sino dar problemas de carburación, roturas de rodamientos, etc. Y además no me acaba de gustar eso de ir tan tumbado en la moto, pues se trataba de una moto deportiva.

En 26 de febrero de 1.999 le di la patada a la derbi y me compré una flamante Kawasaki KLE 500. ¡Qué gran moto!. Nunca ninguna moto me ha dado tanto por tan poco. Muchos viajes, rutas camperas y escapadas a duo me hicieron muy feliz. Pero uno siempre comete errores (yo soy especialista en ello) y me cansé un verano de 2.004 de sus 50 cvs...

Una Yamaha Diversion 900 me llamaba desde Barcelona... y caí... vendía la KLE y me compré esa Yamaha. Durante 5 años me olvidé del trail y me adapté a esta sport-turismo. Lo único bueno de la moto: la transmisión por cardan. El resto... gastaba gasolina y aceite como una loca y era torpe en curvas... perdí de manera fulminante mi buen hacer con las motos (la KLE era una devora-curvas nata...).

Pero una primavera del 2.009 me dejaron probar una trail gorda en el circuito del Jarama y las cosas las vi claras: mi estilo es el trail. Y punto. Así que busqué y busqué y la encontré: Honda Varadero 1000. Grande (enorme), muy veloz y ligera en curvas, muy económica de gasto de gasolina y suficientemente capaz a la hora de viajar (con las 3 maletas que le he puesto).

Por fin estoy muy, muy cerca de la perfección en moto. Soy feliz encima de mi Varadero. Solo pido que la vida me de salud y algo de dinero de vez en cuando para poder recorrer el mundo (o mi mundo cercano).

Y ahora para poder desfogar en campo y pasear por mi pueblo, me han regalado una Puch Minicross 50 del año 79 (como yo, jejejeje). Otra moto que da mucho y pide poco.

Gracias por leerme. Ellas se merecían este reconocimiento. Me han permitido disfrutar de mi afición durante estos 16 años. A todas ellas gracias. Me hicieron feliz y yo las traté con todo el cariño y amor que pude. Os llevaré siempre en mi corazón.

1 comentario:

  1. Muy bueno, casi me entran ganas d tener una (moto claro).
    Un dia hablare de ellas en mi vida, d las computadoras jejeje

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