jueves, 13 de octubre de 2011

De ruta por la Sierra de Alcaraz (Albacete)

Bienvenidos a todos/as al blog. Como los días libres no abundan últimamente en mi vida, ayer 12 de octubre (fiesta de la Hispanidad), me lancé a hacer una pequeña ruta por la sierra de Alcaraz con mi pequeña y vieja Yamaha XT 350. La ruta ha sido 300 kms aproximadamente y comenzaba a las 10,30 de la mañana saliendo desde Albacete. A los pocos kilómetros y con frescor mañanero me detengo en el Hostal La Vega, una vez acabada la "zona del jardín" que es una carretera de curvas muy famosa para los moteros albaceteños. La pequeña XT no está cansada, ¡pero a mi me vendrá bien un carajillo bien calentito!:


Salgo raudo dirección Alcaraz, el pueblo que da nombre a la sierra y que me recibe con su castillo derruido y su acueducto en muy malas condiciones, pero con una plaza Mayor excelentemente conservada:

La excelente situación geográfica del pueblo, permite unas vistas sublimes de la zona que visitaremos a continuación. La panorámica desde el otrora magno castillo es reveladora:

El siguiente pueblo tras el famoso Alcaraz es el pequeño Vianos. Lugar de retiro para muchos albaceteños, se esconde a lo alto de un acantilado y ahora que tienen carretera de acceso recien asfaltada, que hace su acceso mucho más fácil. El pueblo en sí mismo no es gran cosa, pero tienen una iglesia que al lado de la XT luce muy bien:


El siguiente tramo del viaje es el más divertido, el más "trail", pues la carretera que habían arreglado para acceder a Vianos, ahora se vuelve vieja y desgastada. Tratamos de llegar a Riopar a traves de 2 puertos de altitud considerable: Barrancazo y Crucetillas. Imagino que en invierno, esta carretera será infranqueable, pero al acabar el verano es una grata travesía para motos de suaves suspensiones y ruedas de semitacos.


De vez en cuando, recorriendo estas carreteras dejadas de la mano de dios (entiéndase dios por el Ministerio de Fomento), surgen postales dignas de enmarcar. Es el momento de parar y tratar de captar la belleza que te rodea:

Sitios perdidos, que tras tomar una curva, dejan a la luz paisajes espectaculares que creía imposible encontrar tan cerca de mi Albacete adoptivo:


Aun con más apetito de curvas, la realidad nos lleva a Riópar, un pueblo hoy turístico y de veraneo, pero con gran tradición en la forja de metales. Riópar viejo está un poco alejado de la población actual y es una pequeña elevación con su iglesia, su cementerio y una pequeña colmena de casas rurales:


Aunque si observamos más de cerca, las calles tienen un encanto especial y hasta se descubren fuentes mágicamente ocultas:



Buen sabor de boca nos ha dejado Riópar viejo, pero no podemos abandonar Riópar sin visitar su conocidísimo "Nacimiento del Río Mundo", que a pesar de estar en la época del año menos propicia para lucirse, no deja de impresionar la naturaleza que lo rodea y lo impresionante de su origen. Al río se llega tras una pequeña ruta de extraordinaria belleza:



Y esta es la mismísima piedra de donde salta al vacío el Río Mundo para así ver la luz. Digno de grabar en la retina para no olvidar jamás:


Desde el segundo de los miradores (y el más alto) se puede observar a la gente que va desfilando frente a esta obra de la naturaleza:

Este es un video grabado en ese momento

PULSA AQUÍ

Llega la hora de comer y me despido de Riópar, el Río Mundo y de sus bellezas para alejarme de la civilización y detenerme en un lado de la carretera para comer. Una decena de árboles me observan mientras dejan caer sus hojas caducas sobre mi improvisada mesa. Ellos ya saben que para renacer con más fuerza hay que dejar atrás lo viejo. Me lo apuntaré. Ellos llevan más siglos que yo en esto de vivir. Camino del siguiente pueblo, Ayna, he de recorrer más carreteras, atravesar algún pueblo, como Elche de la Sierra y trazar curvas y curvas de radios imposibles. No me queda más remedio que detenerme de vez en cuando y almacenar esas vistas:

Y es que la naturaleza y el tiempo son artistas de amplios cinzeles. Nada escapa a su destreza:

Así que el hombre, a su pequeña escala, y para proveerse de carreteras sobre las que transitar, intenta hacerle la competencia con pequeñas chapucillas. Este tunel que acabo de atravesar es una muestra de ello:

Ayna ya se va quedando atrás. La sierra de Alcaraz tambien. Albacete y sus llanos eternos me dan las buenas tardes. Y yo dejo a mi pequeña cafetera (apodo de las motos monocilíndricas) en casa, descansando. Me voy a despedir del día con una par de buenas paisanas fresquitas que me gritan desde la nevera. No se vosotros, pero a mi me dejan un cuerpo de lo más contento:

Si alguno tiene chistes sobre el nombre de la cerveza y las habilidades como escritor del presente redactor, ¡¡¡que lo haga saber en los comentarios disponibles al final de esta página!!!

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