A la felicidad por el alzheimer...

Hola chavales/as, ¿hace un post de paja mental...?.

Desde hace un tiempo llevo "rumiando" un tema en la cabeza. Digamos que de qué va el tema, ahora es lo de menos. Lo importante es que he encontrado (más o menos) la solución al problema y me he dado cuenta de que esta forma de finalizar mis preocupaciones, se está convirtiendo en algo habitual... me explico: "A la felicidad por el alzheimer".

Con esto quiero decir, que llegado cierto punto de complejidad en determinado problema, mi solución es borrarlo de mi mente para evitares males mayores. Esto que parece sencillo y hasta adecuado, parece lógico si se hace de manera coherente. A un problema sin solución no merece la pena darle vueltas, en esto estamos de acuerdo. Pero mi forma de borrar es lo que me preocupa...

Mi "método" consiste en un borrado de cualquier prueba que pueda hacer volver a mi mente a estos recuerdos, véase e-mail, nº de teléfonos, mensajes, etc Creedme que esto me ayuda. Si no hay pruebas... no hay delito, ¿verdad?.

A nivel más global, estoy preocupado porque no sé enfrentarme a los problemas. Los evito, pues no soy capaz de gestionarlos como persona adulta que soy. Cuando era pequeño siempre destaqué por cierta madurez impropia de mi edad. La adolescencia, que se vio marcada por ciertas circunstancias (que ahora no vienen al caso), me hicieron meterme en el papel de un adulto, para tratar de ser un apoyo para quienes me rodeaban. Hace poco tiempo, cierto suceso en mi vida me obligó a sacar lo mejor de mi mismo para evitar el hundimiento de mi familia. Si lo hice bien o mal, el tiempo lo dirá...

¿Y hoy en día? Tengo 30 añós ("taitantos" que diría Lina Morgan) y problemas que antes me darían risa, ahora me devoran por dentro. Son problemillas que aplicando un poco de lógica y cierta disciplina, debería resolver sin demasiado esfuerzo. Pero me sobrepasan..., me siento tan estúpido... parezco un chaval de 15 años, comiéndome la cabeza a todas horas, por un tema que sé a ciencia cierta que no tiene futuro. Y según lo pienso, me doy cuenta de que son aguas pantanosas, de las que no podré salir indemne. Nunca he sido amante de las historias difíciles y menos si no puedo controlar la situación... digamos que soy una bolsa vacía a merced del viento (¿habéis visto "American Beauty"?).

¿Y mi solución? Cerrar los ojos, mirar hacia otro lado y evitarme ese remolino de emociones. Me voy a perder tantas cosas buenas en la vida, tratando (a veces inútilmente) de no llevarme palos... No me critiquéis: vivir no es fácil. Lo hago lo mejor que puedo, pero estoy tan lejos del concepto de Miguel que estoy buscando...

Posdata: estoy con el libro "Los hombres que no amaban a las mujeres". Prometo dedicarle un post: ¡se lo merece!